Se extiende desde los 12 años en adelante, aunque su persistencia por encima de los 30 es excepcional.
La lesión predominante de esta etapa es la liquenificación (piel gruesa con las líneas de la piel muy marcados) en forma de placas que se sitúan preferentemente en nuca, caras laterales de cuello, flexuras de miembros y dorso de muñecas. No es infrecuente la aparición de eccema en manos, alcanzando el dorso, los dedos, incluyendo los pulpejos, y de modo secundario, las uñas, que presentan diferentes alteraciones por el rascado.
También durante este período, pueden aparecer otras manifestaciones cutáneas como pequeñas ampollas en manos y pies (deshidrosis), placas rojizas descamativas (eccema numular) de forma diseminada, en pequeño o gran número, placas resecas con mucha comezón en nuca, cuello, ingles, cara externa de piernas y área genital (lique simple crónico), y prurito nodular en brazos y piernas. Las áreas rascadas pueden tomar un color obscuro.