Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel, con tendencia a la cronicidad, que se caracteriza por picor intenso, enrojecimiento, y pequeñas ronchas sobre una piel muy seca. Afecta principalmente a la cara, el tronco, los pliegues de brazos y piernas. La enfermedad cursa con episodios de empeoramiento («exacerbación» o brote agudo) que se alternan con etapas de mejoría a lo largo del tiempo. El picor es el síntoma principal, sin embargo puede acompañarse de un sinnúmero de molestias como sudoración, enrojecimiento, ampollas… etc. que iremos viendo poco a poco…
Este problema de la piel recibe muchos nombres: dermatitis atópica, eccema flexural, neurodermatitis generalizada… (Usaremos indistintamente estos nombres).
Es una Enfermedad muy común (hasta el 10 % de la población) y que sin ser una enfermedad grave, sí implica una serie de consecuencias muy molestas para el paciente que las sufre: comezón, alteraciones del sueño, alteraciones psicológicas e incluso en los casos severos se puede llegar a producir incapacidad laboral.
La dermatitis atópica cursa de forma diferente en cada individuo; cada niño y cada familia lo vive de distinta forma. Algunos padres manejan el eccema de sus hijos de forma muy natural, sin interferir en su vida normal, generalmente cuando afortunadamente los síntomas no son muy severos; Pero algunos niños requieren una atención constante que puede agotar a los padres y familiares que les cuidan.